El slow jigging profundo se ha convertido en una técnica muy eficaz para pescar peces en aguas profundas, que se caracteriza por sus movimientos estratégicos y deliberados. El principio básico de este método reside en su capacidad de imitar el movimiento natural de la presa, atrayendo a los peces depredadores. El uso de un jig UV de 280 gramos es especialmente ventajoso en estas condiciones debido a su considerable peso, que le permite hundirse rápidamente hasta la profundidad deseada, incluso en mares agitados.